La psicóloga Isabel Rojas Estapé tiene como meta principal en su primera obra ayudar a que los niños comprendan sus emociones y aprendan a manejarlas adecuadamente. Durante una entrevista, menciona que si los progenitores carecen de conocimientos sobre inteligencia emocional, resulta extremadamente complicado transmitir estos conceptos a los más jóvenes. niños sepan.
Está totalmente a favor de incluir una materia dedicada a la inteligencia emocional en las escuelas, ya que considera que "en algún momento se ha descuidado lo referente a las emociones y solo se ha enfatizado el aspecto intelectual".
Sin embargo, no son solo los niños quienes deben aprender, sino también los profesores y los padres.
Cada vez existe mayor conciencia sobre todos los aspectos psicológicos (…) sin embargo, pienso que nos hemos adentrado en el ámbito de las emociones demasiado tarde. Los infantes actuales con dichas dificultades provienen de progenitores que no tuvieron la oportunidad de experimentar ese tipo de educación. inteligencia emocional Creo que si los padres no tienen conocimiento sobre la inteligencia emocional, es improbable que sus hijos lo comprendan", comenta Isabel Rojas.
Y según explica la psicóloga, los pequeños aprenden más de lo que observan que de lo que se les dice.
"Si el padre grita al hijo debido a su fatiga, después de pasar un día extremadamente agotador, y simplemente dice ' lávate los dientes y metete en la cama' con un resoplido, eventualmente será muy difícil para el niño aprender a manejar también sus propias emociones", explica.
La carencia de inteligencia emocional durante la niñez puede llevar, entre otros aspectos, a dificultades para que los pequeños desarrollen confianza en sí mismos. Esto ocurre ya que los progenitores proyectan sus propias frustraciones sobre ellos e imponen expectativas de perfección.
"Esta inseguridad surge de un perfeccionismo excesivo, especialmente en las niñas, quienes deben ser hermosas, responsables, divertidas y capaces de dominar cientos de idiomas e interpretar varios instrumentos musicales. Abogo fuertemente por centrarnos nuevamente en observar sus rostros, disfrutar jugando en el parque, riéndonos juntos y haciendo estupideces. Prefiero verlos alcanzar lo que deseen lograr de manera mucho más placentera", comenta Isabel Rojas.
La sociedad de la rapidez
Y allí se suma la urgencia con la que los jóvenes actuales desean tenerlo 'aquí y ahora', ya que "nos encontramos en una era donde lo instantáneo es valorado y donde no soportamos el malestar". Existe un momento, según esta psicóloga, en el cual nos hemos convencido de que somos capaces de lograr cualquier cosa, e incluso obtenerla, sin ningún tipo de demora.
"Es necesario enseñar nuevamente a nuestros hijos cómo manejar la espera", enfatiza la psicóloga. Aunque esto pueda provocar algún grado de angustia en ellos por el momento, "en realidad estamos aumentando su capacidad para soportar contratiempos y les preparamos para enfrentarse con mayor facilidad a los problemas futuros".
Sí, la sobrerreserva puede perjudicar mucho a los hijos. Según la psicóloga, para manejar esto se debe asegurar que el niño no obtenga siempre todo lo que desea; además, si comienza alguna actividad, debería completarla.

"Por ejemplo, si comienzas un juego como el Monopoly, debes terminarlo. Esto de comenzar algo y llevarlo hasta el final los beneficia porque no actúan sólo basados en sus deseos o caprichos. Aunque sea difícil, esto ayuda enormemente a que el niño comprenda que no siempre puede hacer lo que desea, sino aquello que le conviene," enfatiza.
La importancia del “no”
Así pues, incentiva a los padres para que utilicen con mayor frecuencia la palabra "no", negando ciertas acciones al niño e informándolo sobre las razones detrás de esa decisión.
"Los padres temen causar un trauma en el niño, pero si le explicás claramente los motivos de tu negativa y lo razonas, él entenderá cómo comportarse correctamente, además comprenderá las razones detrás de su acción", afirma Isabel Rojas.
Lo que se edifique durante la infancia servirá como base para el desarrollo de la adolescencia, un período "emocionante" que, con buen manejo, permite transformar al adolescente en un "diamante salvaje". Esto requiere comenzar con pequeñas piezas desde temprana edad y proporcionarles las herramientas necesarias para enfrentar la vida adecuadamente.
Sin embargo, "siempre hay tiempo para aprender", ya sea durante la adolescencia o en la vejez, aunque lo ideal es comenzar lo más pronto posible.
El dispositivo, una verdadera bomba de tiempo.
¿El móvil es un aliado? Isabel Rojas lo tiene muy claro: “Se sabe que la sobreexposición de un niño a una pantalla genera serios problemas del desarrollo”, afirma.
No obstante, es consciente de que estamos en el siglo XXI y que trabajamos con ordenadores y nos relacionamos con ciertas aplicaciones, pero teniendo en cuenta “estas dos derivadas” es partidaria de cuanto más tarde mejor.